En la mayoría de los casos los escritores nos ponemos a escribir con el único objetivo de contar una historia. Escribimos, narramos, reproducimos nuestros sentimientos y todas aquellas vivencias que se nos pasan por la cabeza. Nadie piensa en los tipos de párrafos.
Una vez superada esa fase creativa —que es fundamental— solemos estar un poco perdidos en qué pasos debemos dar a continuación. La mayoría de las veces —además— solemos Intuir qué viene después, pero no sabemos en profundidad para qué nos puede servir.
La fase de edición es también fundamental para sacar brillo a nuestra creación literaria. Es el momento de pulir aristas, marcar las claves para potenciarlas. Es ahora cuando debemos centrarnos en la parte técnica.
Uno de los aspectos que —a la gran mayoría de los escritores— se nos pasa por alto es cómo podemos usar los párrafos para potenciar nuestra historia. No sabemos qué tipo de párrafos existen y cuál o cuáles son los idóneos para ese proyecto literario específico que tenemos ahora entre manos.
Es por ello que hemos decidido realizar este artículo para poner de manifiesto la cantidad de párrafos que existen.
El párrafo —o parágrafo que es menos conocido el término— es una unidad lingüística y formal de importancia capital para producir y estructurar un texto. Es el encargado de ordenar el discurso de una historia para así poder facilitar su lectura y comprensión.
Un párrafo está formado por oraciones o frases y se generan bajo una misma idea o tema, es decir, no se producen cambios temáticos dentro de un mismo párrafo. Para ello deberíamos finalizar el párrafo actual y comenzar con uno nuevo marcando ese nuevo tema.
Si nos centramos en su aspecto tipográfico siempre comienzan con un glifo o carácter en mayúscula —la primera letra en mayúscula— y siempre termina con un punto y aparte.
En este artículo nos vamos a centrar en la parte de diseño literario de los párrafos: qué tipos hay y cómo se muestran a los ojos del lector de una manera puramente de diseño —y visual. No nos importa en este momento el contenido del mismo.
Para poder mostraros ejemplos de cada uno de los tipos de párrafos, vamos a usar un recurso de diseño ampliamente extendido como es el lenguaje de diseño Lorem ipsum.
Un párrafo de ejemplo con este lenguaje luciría así:
«Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Aenean a felis non justo malesuada varius posuere ac sapien. Aenean dolor felis, ornare sit amet elementum non, semper id lacus. Nullam vestibulum, leo feugiat lacinia interdum, purus mi efficitur enim, ut tincidunt diam arcu in orci. Aenean hendrerit diam sit amet gravida accumsan. (…)».
Es muy usado en el diseño editorial porque podemos observar si una fuente es la adecuada para ese tipo de texto o párrafo, si el interlineado es el correcto para una cómoda lectura, si los blancos —espacio entre palabras fundamentalmente— funcionan, etcétera.
Tipos de párrafos
Un párrafo puede tener cuatro formas posibles de alineación:
- En bandera a la izquierda.
- En bandera a la derecha.
- Justificado a márgenes.
- Centrado en la caja de texto.
El párrafo puede tener palabras separadas o partidas —generalmente ocurre cuando elegimos el texto justificado a márgenes— y puede estar sangrado —comúnmente en su totalidad o en la primera línea del párrafo.
Párrafo normal, común u ordinario
Es el párrafo más utilizado porque, generalmente, es el que sale de manera natural. Tiene todas las líneas completas —de margen a margen— menos la primera y la última. La primera línea suele llevar sangría y la última línea suele terminar en una posición no determinada en función del texto o las palabras que componen la línea.
Es el más común y se usa en la mayoría de los libros tanto de ficción como de no ficción.
Hay veces que prescinden de la sangría en el proceso de diseño editorial aunque esto no debería ocurrir, ya que la sangría de la primera línea tiene una función específica para la composición y mejora de la lectura por parte del lector.
Párrafo moderno o alemán
Es un párrafo que no tiene sangría en la primera línea y en el que el resto de líneas están completas menos la última que es de una longitud inferior al resto.
Es apto para y perfecto para los libros de no ficción donde cada párrafo está separado por una línea en blanco.
Se usa en los párrafos de inicio de capítulo que no se usa ningún tipo de decoración como las letras capitales. También es muy utilizado en novelas para separar escenas o para marcar diferentes conceptos en libros de no ficción, ya que es un tipo de párrafo que, a nivel compositivo, queda muy limpio.
Es un tipo de párrafo que está muy de moda en la actualidad y que su uso está completamente en auge.
Un mal uso de este tipo de párrafo —a no ser que tenga una justificación por el concepto literario— es la utilización de este párrafo para alargar los libros y que parezcan más largos de lo que son.
Párrafo en bloque
Es el párrafo que se forma cuando todas las líneas están colmadas o completas, yendo de margen a margen de la caja de texto. Se llama de bloque porque la primera línea no tiene sangría y la última línea tiene la misma entidad y longitud que las líneas superiores —llegando a margen.
La sensación cuando vemos este tipo de párrafo es de bloque, de mancha negra homogénea —formada por el conjunto de palabras del párrafo.
Un problema muy común de este tipo de párrafos es la disposición y la deformación de las palabras —con sus glifos o caracteres— y de los blancos —deformación de los espacios libres o blancos entre letras o palabras. Suelen quedar distribuidas de una manera artificial o forzada por lo que debemos tener especial cuidado a la hora de elegir este tipo de párrafo.
Suelen estar asociados con una alineación justificada a márgenes y solo recomendamos su uso si hay detrás un profesional que pueda configurar de manera correcta todos los parámetros que pueden ayudar a que el párrafo no se vea artificial o forzado.
Lo primero que debemos pensar es en la buena lectura por parte del lector —por encima del diseño editorial de la obra.
No es un párrafo que se suele usar para textos muy largos o composición que se denominan de corrillo, ya que visualmente el lector tendría la sensación de leer un bloque de hormigón o ladrillo que no facilita para nada su comodidad. Por ello no es recomendable para la escritura de novelas, ensayos —vamos cualquier formato de ficción o no ficción que sea una escritura extensa.
Se podría usar con habilidad en textos cortos muy en caja de otro tipo de formatos como pueden ser revistas, diseño de libros muy específicos, diseño digital —como páginas webs—, etcétera.
Párrafo español
Es un tipo de párrafo que actualmente está cayendo es desuso. Se compone todas las líneas completas —la primera sin sangría— y la última línea tiene una alineación centrada.
Se puede usar en el último párrafo de un capítulo, en el párrafo final de una novela antes de la palabra «fin», en poemas, epígrafes, dedicatorias o algunas leyendas.
Párrafo francés
El párrafo de estilo francés es muy peculiar con unas características muy concretas. Tiene la primera línea completa sin sangría y el resto de líneas están sangradas. El tamaño de la sangría puede variar, denominándose sangría francesa.
Es muy usado en diseño editorial en textos o escritos cortos donde se quiere destacar la idea inicial o el principio del párrafo por encima del resto.
Un uso muy claro de este párrafo francés se da en los diccionarios y en las bibliografías —generalmente de obras científicas o técnicas. También es muy usado en la composición de listados.
Párrafo asimétrico
Es un párrafo que podíamos definir como caótico o divertido donde la libertad y el carácter compositivo prima incluso por encima del texto o mensaje —o ayuda a potenciarlo.
Es un párrafo muy utilizado en piezas publicitarias, en libros de autor o de artistas.
¡Qué brille la creatividad!
Párrafo pie de lámpara
Se denomina este párrafo de una manera tan peculiar porque —efectivamente— evoca a una lámpara de pie.
Es un tipo de párrafo que compositivamente empieza centrado y que, en las últimas líneas, comienza poco a poco a decrecer formando un característico embudo o cono con un vértice muy marcado.
Es un estilo de párrafo que apenas tiene uso en la actualidad y que es muy antiguo. Era común de las obras y de los libros pertenecientes a la época renacentista.
Hoy en día se podría usar este tipo de párrafo en pie de lámpara en textos puramente decorativos con un alto contenido en diseño.
Párrafo quebrado
Otro de los párrafos que en la actualidad está prácticamente en desuso, pero que debemos conocerlo porque podemos rescatarlo para alguna obra literaria que, por sus características, pueda ser interesante.
Todas las líneas tienen una alineación a la izquierda menos la última que se alinea completamente a la derecha. O viceversa, es decir, todas las líneas se alinean a la derecha menos la última que se alinea a la izquierda.
Párrafo de líneas caídas
Debemos aclarar que no es un párrafo como tal sino un conjunto de párrafos que tienen una característica o peculiaridad muy concreta.
Consiste en comenzar el párrafo siguiente justo a la altura donde ha concluido el párrafo anterior.
Se usaba de una manera muy común en cartas manuscritas, aunque actualmente es otro tipo de párrafo —o conjunto de párrafos en este caso— que ha perdido su uso.
Se puede usar en experimentos literarios y en poesía.
Como podéis observar hay un gran abanico de posibilidades a la hora de componer un libro que —seguramente— no conocíais o no tenías en cuenta. Es fundamental conocerlos para mejorar a nivel compositivo y de lectura tus próximos proyectos literarios.
Te aconsejamos que te hagas la siguiente pregunta. ¿Cuál o cuáles son los párrafos que mejor se adaptan al libro que actualmente estás escribiendo?