A Marc, piscis, perico y soltero camino de los cuarenta, el confinamiento le coge en fuera de juego. Solo en casa, el encierro le va pasando factura, aflorando antiguas heridas del pasado que él creía ya cerradas. Por consejo de Vicen, empieza a escribir sobre todas sus comidas de olla, sus inseguridades y sus anhelos… Como resultado, con un tono personal y nostálgico, se nos regala una historia de transformación personal, donde descubrimos cuántas «gilipolleces» puede llegar a hacer un ser humano a lo largo de su vida, sobre todo por amor. Si esta novela fuese una receta gastronómica, tendría una combinación de ingredientes, realmente única: un gilipollas, un confinamiento de mierda, un destino caprichoso, un corazón roto, grandes amistades, un viaje a la bella Toscana, la banda sonora de una vida y la morriña por una Barcelona, que ya no existe... Y todos ellos, bien cocinados hacen de «Diario de un Gilipollas» una historia especial, que seguro os sacará más de una sonrisa.